En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el Gobierno británico creyó encontrar el arma secreta para derrotar a la Alemania nazi: un astrólogo, tan misterioso como estrafalario, que aseguraba poseer la llave del modo de pensar de Adolf Hitler para así a
En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el Gobierno británico creyó encontrar el arma secreta para derrotar a la Alemania nazi: un astrólogo, tan misterioso como estrafalario, que aseguraba poseer la llave del modo de pensar de Adolf Hitler para así adivinar sus futuras decisiones.
"Hitler cree en la astrología y, si yo hago los mismos cálculos que sus astrólogos, sabré lo que le aconsejan... y eso podrían aprovecharlo los británicos": armado con este argumento, Louis de Wohl se convierte en capitán y, hasta el final de la guerra, en el "profeta" de Londres, como le bautizará más tarde la prensa.
La historia se conoce desde 1952, cuando De Wohl publicó una autobiografía con el presuntuoso título de 'El Nostradamus moderno'. Pero los Archivos Nacionales británicos, que este martes levantan el secreto sobre el expediente del personaje tras medio siglo, revelan que el servicio secreto MI5 advirtió repetidamente de que el supuesto "científico brillante" era un impostor.
Nacido en Berlín de padres húngaros el 24 de enero de 1903, Lajos Mucsinyi Wohl se ganaba la vida como escritor de novelas ligeras y baratas cuando en 1935 se exilió en Gran Bretaña, donde se presenta como un eximio astrólogo. Afrancesa su apellido Lajos para convertirlo en Louis y se añade la partícula 'de' para dar más prestancia al Wohl.
Y asegurar desde entonces que era hijo de un noble húngaro, así como descendiente del poeta alemán Heine y del barón Dreyfus, asociado a la aristocrática familia Rothschild. Venderá horóscopos personalizados a quien desee creerle y logra clientes en las más altas esferas londinenses.
En una carta, De Wohl afirma: "He observado que todas las grandes empresas de Hitler han sido efectuadas 'bajo buenos auspicios. Las 'intuiciones divinas' de Hitler no son más que un simple conocimiento de las conjunciones planetarias". Así, comoquiera que la astrología es -según él- un puro "cálculo matemático", basta con reproducir las predicciones de los astrólogos de Hitler para saber qué le recomiendan y tener una ventaja clave sobre el enemigo.
A los escépticos con lo astrológico, les dice: "La cuestión no es saber si damos un valor científico a la astrología. Lo que cuenta es que Hitler sigue sus preceptos". Sus prédicas terminan por convencer a algunos: en 1938, el Special Operations Executive (responsable de las operaciones tras las líneas enemigas) contrata a De Wohl como "propagandista".
Incluso le da un apartamento para trabajar en Grosvernor House, en pleno corazón de Londres. En cambio, otros no le creen en absoluto. "De Wohl es un mero charlatán de pasado misterioso, si no turbio": este tipo de comentario, escrito en febrero de 1942, abunda en el informe del MI5, donde otro recuerda que "ninguna de sus predicciones se ha materializado, si no es la de la entrada de Italia en la guerra, que hizo en un momento en que tal cosa era evidente".
Pero el MI5 no tenía ningún peso sobre el Special Operations Executive, cuyo director, Charles Hambro, estaba convencido de que De Wohl es "alguien espléndido y no quiere oír nada contra él", lamenta una ficha del MI5. Como recuerda el historiador de los servicios secretos británicos, De Wohl persuadió al Gobierno de que "Hitler estaba obsesionado por la astrología. Algo completamente falso". Uno de los astrólogos del dictador nazi, Karl Ernst Krafft, acabará en el campo de concetración de Buchenwald.
En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el Gobierno británico creyó encontrar el arma secreta para derrotar a la Alemania nazi: un astrólogo, tan misterioso como estrafalario, que aseguraba poseer la llave del modo de pensar de Adolf Hitler para así adivinar sus futuras decisiones.
"Hitler cree en la astrología y, si yo hago los mismos cálculos que sus astrólogos, sabré lo que le aconsejan... y eso podrían aprovecharlo los británicos": armado con este argumento, Louis de Wohl se convierte en capitán y, hasta el final de la guerra, en el "profeta" de Londres, como le bautizará más tarde la prensa.
La historia se conoce desde 1952, cuando De Wohl publicó una autobiografía con el presuntuoso título de 'El Nostradamus moderno'. Pero los Archivos Nacionales británicos, que este martes levantan el secreto sobre el expediente del personaje tras medio siglo, revelan que el servicio secreto MI5 advirtió repetidamente de que el supuesto "científico brillante" era un impostor.
Nacido en Berlín de padres húngaros el 24 de enero de 1903, Lajos Mucsinyi Wohl se ganaba la vida como escritor de novelas ligeras y baratas cuando en 1935 se exilió en Gran Bretaña, donde se presenta como un eximio astrólogo. Afrancesa su apellido Lajos para convertirlo en Louis y se añade la partícula 'de' para dar más prestancia al Wohl.
Y asegurar desde entonces que era hijo de un noble húngaro, así como descendiente del poeta alemán Heine y del barón Dreyfus, asociado a la aristocrática familia Rothschild. Venderá horóscopos personalizados a quien desee creerle y logra clientes en las más altas esferas londinenses.
En una carta, De Wohl afirma: "He observado que todas las grandes empresas de Hitler han sido efectuadas 'bajo buenos auspicios. Las 'intuiciones divinas' de Hitler no son más que un simple conocimiento de las conjunciones planetarias". Así, comoquiera que la astrología es -según él- un puro "cálculo matemático", basta con reproducir las predicciones de los astrólogos de Hitler para saber qué le recomiendan y tener una ventaja clave sobre el enemigo.
A los escépticos con lo astrológico, les dice: "La cuestión no es saber si damos un valor científico a la astrología. Lo que cuenta es que Hitler sigue sus preceptos". Sus prédicas terminan por convencer a algunos: en 1938, el Special Operations Executive (responsable de las operaciones tras las líneas enemigas) contrata a De Wohl como "propagandista".
Incluso le da un apartamento para trabajar en Grosvernor House, en pleno corazón de Londres. En cambio, otros no le creen en absoluto. "De Wohl es un mero charlatán de pasado misterioso, si no turbio": este tipo de comentario, escrito en febrero de 1942, abunda en el informe del MI5, donde otro recuerda que "ninguna de sus predicciones se ha materializado, si no es la de la entrada de Italia en la guerra, que hizo en un momento en que tal cosa era evidente".
Pero el MI5 no tenía ningún peso sobre el Special Operations Executive, cuyo director, Charles Hambro, estaba convencido de que De Wohl es "alguien espléndido y no quiere oír nada contra él", lamenta una ficha del MI5. Como recuerda el historiador de los servicios secretos británicos, De Wohl persuadió al Gobierno de que "Hitler estaba obsesionado por la astrología. Algo completamente falso". Uno de los astrólogos del dictador nazi, Karl Ernst Krafft, acabará en el campo de concetración de Buchenwald.
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